sábado, 24 de septiembre de 2016

Avenida de la Democracia

Avenida de la Democracia (Foto J. Barroso)
Llamada anteriormente y conocida todavía como Teniente Coronel Seguí, han sido cinco las denominaciones de dicha calle en su corta historia: "Taller de Bloques", por el taller del mismo nombre situado en ese lugar; "Teniente Mejías", oficial de la Campaña de 1909; "Fermín Galán", sublevado de Jaca y antes de pasar a convertirse en Avenida de la Democracia, después del Pleno Municipal del 12 de febrero de 1991, llevó el que más ha perdurado, el citado "Teniente Coronel SeguÍ", que fue Teniente de la Policía Indígena, agregado militar en las Embajadas de París, Bruselas y Berlín y figura importante en la Circunscripción de Melilla durante los meses anteriores al Alzamiento, como enlace y jefe de la conspiración.

Avenida de la Democracia (Foto J. Barroso)
Murió en acción de guerra en Santa Marta de los Barros (Badajoz) el 19 de agosto de 1936.

El 11 de septiembre de ese mismo año, a las once de la mañana, se procedió al descubrimiento de una lápida que daba su nombre a la calle, hasta entonces de Fermín Galán. Posteriormente fue aprobado ese cambio por la Dirección de Administración Local, según Orden de 13 de abril de 1938.

A mediados de los años 90, se produjo el cambio definitivo del nombre de la calle, pasando a denominarse Avenida de la Democracia, aunque muchas personas, sobre todo mayores, siguen recordándola con el nombre de Teniente Seguí.

Parque Hernández y Avenida de la Democracia
Esta calle une la rotonda de Duquesa de la Victoria con la Plaza España y discurre paralela al parque Hernández.

El edificio más destacable de la ciudad es el que todos conocemos como "Edificio Mapfre", del arquitecto Enrique Nieto, y en el que se encuentran las oficinas de esta aseguradora, y del que hablaremos en otra entrada.

El resto de edificios modernistas pertenecen al arquitecto Francisco Hernanz Martínez y son de los años 30.

Edificio Modernista de Enrique Nieto






Avenida de la Democracia hacia los años 20
Avenida de la Democracia
Avenida de la Democracia (Foto Barroso)
Bar en el parque Hernández al final de la Avenida de la Democracia
Avenida de la Democracia (Foto Salvador Soler)
Avenida de la Democracia en los años 50
Avenida de la Democracia
Avenida de la Democracia

sábado, 17 de septiembre de 2016

Cardenal Cisneros nº 9

A mediados del siglo XX
Edificio situado en la esquina situada entre las calles Cardenal Cisneros y Gabriel Morales, con acceso principal al edificio por Cardenal Cisneros con número 9, por su situación se encuentra cerca del centro neurálgico de la ciudad, la Avenida de los Reyes Católicos y el Parque Hernández. El edificio consta de planta baja y dos plantas piso, con cubierta transitable en forma de terrado.

Los primeros datos que se tienen de éste edificio corresponden al año 1918, año en el que finalizó la construcción, tal y como queda reflejado en la placa conmemorativa del edificio.El edificio se distribuye en un solar de esquina entre la Calle Cardenal Cisneros nº9, fachada principal, y la calle Gabriel Morales nº2, fachada lateral, con dos usos claramente diferenciados el residencial en las plantas superiores y el comercial en la planta baja,

En planta baja originariamente podíamos encontrar dos usos, uno en la fachada principal con el acceso al edificio y el otro en la fachada lateral dónde se situaban dos locales comerciales. En cambio en las plantas superiores, las diferencias no eran tan evidentes, estaban destinadas ambas al uso de viviendas, sólo diferenciadas por un mirador central en la fachada principal.

La geometría de las fachadas presenta enmarques de vanos geométricos formando una cuadrícula. Formado por el acceso al edificio y a los locales en planta baja, balcones con balconeras sobre ménsulas con cierre de forja en primera y segunda planta. Cada una de las fachadas tiene un eje de simetría, en la principal coincide a la mitad del mirador y en la lateral coincide con el centro de la longitud de la fachada, manteniendo las alturas de los huecos en ambas fachadas.

Ventana planta primera
En planta baja todas las aperturas se encontraban alineadas por la parte superior e inferior a excepción de los accesos que llegaban a nivel de calle. Las ventanas disponían de un antepecho siguiendo con la decoración de la fachada. En esta zona encontramos una decoración a base de un almohadillado hasta la cota inferior del nivel del balcón de planta primera, y claves con formas florales de acanto los vanos.

En planta primera soportando los balcones se encuentran de forma repetitiva mensuras con motivos florales con cenefas ovales en la parte superior, y geométricas en su parte inferior. El espacio restante entre ménsula y ménsula se encuentra ocupado por una guirnalda de dos cuerpos con enmarcados y centro con lágrimas del mismo estilo.

Los balcones son de forja fina pintada con modelo repetitivo con formas helicoidales, sujetas con barrotes y pasamano superior. En la fachada principal encontramos ocho balcones individuales, mientras que en la lateral encontramos cuatro individuales y dos de dobles. Los vanos situados en planta primera se encuentran enmarcados por jambas laterales y un dintel superior de parecido espesor. Estas jambas a medida que se aproximan al dintel superior se abren con punto curvo. En esta zona se sitúan cenefas ovales del que descuelgan racimos florales. Esta misma cenefa ovalada se repite en la parte inferior de los dinteles. Situándose simétricamente al centro de vano podemos observar dos molduras circulares con flores en su interior. Sobre dichos dinteles encontramos un óvalo rodeado por dos guirnaldas, una que lo envuelve por completo, y otra que se extiende alrededor del dintel, ambas guirnaldas siguen motivos vegetales.

Ventana planta segunda
En planta segunda, como se ha dicho anteriormente, los huecos coinciden con los de la planta inferior, con mensuras semejantes a las de planta primera e idéntico balcón. La decoración de los vanos a diferencia de la planta primera solo se presenta a base de jambas, dónde se ha sustituido el dintel superior, por una gran cenefa perimetral a todo el edificio. El capitel de dichas jambas presenta detalles florales, coincidiendo con el primer módulo de la gran cenefa superior. Esta cenefa se compone de tres cuerpos diferentes, el primero siendo el inferior corresponde con el dintel del vano, de poco grosor y escasa decoración, el segundo corresponde al de mayor tamaño, con dos zonas diferenciadas, la correspondiente encima el vano de balconera con formas zoomorfas de grifos simétricos y un jarrón central antiguamente éstas molduras eran de cerámica vidriada y por el deterioro de las mismas se repintaron. En la otra zona observamos óvalos con guirnaldas alrededor y un lazo en su parte superior. Por último su tercer módulo está compuesto de varias cenefas que toman relieve respecto el plano de fachada, la inferior con motivos florales, las siguientes de trazos rectilíneos y la superior en forma de óvalos.

Encima de ésta última cenefa se encuentra la continuación del paramento de fachada que compone la barandilla de la cubierta. Este paramento carece de decoración alguna, solo enmarcado por las pilastras laterales y el remate superior con un relieve de diferente color. Los laterales siguiendo las paredes medianeras del edificio se ornamentan con pilastras verticales lisas, de un color diferente al principal de la fachada.

Forjado actual
El eje central de la fachada principal está constituido por un mirador de fábrica sustentado sobre mensuras geométricas, de formas totalmente rectilíneas que rompe totalmente con el estilo del edificio, cosa que hace sospechar que proviene de una reforma posterior. Estos miradores contienen tres ventanas en cada planta, una central a la fachada y otras dos laterales al mirador.

El acceso principal es uno de los puntos de relevancia del edificio, con molduras superiores en la zona del dintel, con una orla central que deriva en guirnaldas laterales de influencia vegetal.

La carpintería exterior del edificio era únicamente de madera tanto en planta baja como en las plantas superiores. En la planta baja destacar la puerta principal del edificio, de rico trabajo de ebanistería, con formas curvas y enmarcamientos con relieves. En su parte superior destacar dos ventanas de pequeña dimensión con reja de forja en su interior. El resto de la carpintería de madera poco trabajada, dispuesta con trazos cuadriculados, se protege mediante porticones de madera de cuatro hojas, con lamas horizontales.

Durante las reformas, se sustituyeron parte del forjado techo de planta segunda y repicando el revoco de paredes de las estancias interiores. Gracias al estado en que se encontraba el edificio pudimos contemplar su estructura portante. Que raramente por su época, se utilizó una estructura metálica con pilares y jácenas que soportan las viguetas de los forjados y bovedillas cerámicas a la catalana. Las divisorias interiores, igual que el entrevigado del forjado, son de cerámica maciza, con rejuntado de mortero de cal. Las paredes revestidas con yeso, contienen molduras de escayola que siguen un estilo clasicista.

Estado actual del edificio
Exteriormente los cambios sufridos en el edificio se encuentran en planta baja, donde se han modificado las aperturas y las carpinterías, siendo estas actualmente de aluminio. En la fachada principal se han eliminado todos los antepechos, pasando de ventanas a accesos y escaparates para los locales comerciales.

En la fachada lateral se han suprimido las carpinterías de madera por unos plafones metálicos en las zonas de ventana, convirtiendo las estancias interiores en zonas privadas y sin aportación de luz exterior.

En cuanto a la pintura, originariamente la volumetría general de la fachada era de un color gris claro, mientras que los detalles y el zócalo inferior era de un color gris oscuro. En la actualidad sólo se mantiene el mismo tono en las plantas de uso residencial, planta primera y segunda, mientras que en la zona almohadillada ha pasado de gris claro a un color amarillento pálido, y los detalles correspondientes a ésta planta son ahora de color granatoso. Igualmente utilizando dicho color se ha pintado el zócalo inferior.

Se puede observar un gran desorden en la fachada, esto es debido a la colocación por parte de los locales comerciales de rótulos identificativos sin guardar ninguna semejanza entre ellos. Otro de los factores que agrava éste desorden es el cerramiento de parte de las ventanas y la colocación de aparatos de climatización en fachada sin ningún tipo de criterio estético.

sábado, 10 de septiembre de 2016

Duquesa de la Victoria nº 10

Duquesa de la Victoria nº 10
Edificio situado entre medianeras, en la amplia calle Duquesa de la Victoria nº10. Por su situación, se encuentra cerca del Parque Hernández, uno de los centro neurálgicos de la ciudad, siendo la continuación de la calle Avenida de la Democracia. Por el otro lado, la calle finaliza con el encuentro con el Río Oro, dónde se sitúa el Puente del Tesorillo.

Según el libro “Historia de Melilla a través de sus calles y barrios”, escrito por la Asociación de Estudios Melillenses, la Avenida de la Duquesa Victoria toma su nombre definitivamente en 1991 aunque anteriormente ya había contado con esa denominación. Lo obtiene en honor de Doña Carmen Angloti y Mesa (1876), directora en los años veinte del hospital de la Cruz Roja de Melilla y personaje reconocido por su dedicación humanitaria a los heridos y las víctimas de la Campaña de Marruecos de 1922. El antiguo hospital asoma su fachada a esta vía.

Observando los rasgos característicos del edificio como su clara simetría y dado que no sabemos con exactitud de que año data y quienes fueron sus autores, suponemos que el edificio sigue la línea de otras obras del autor Emilio Alzugaray. Se sabe que este ingeniero realizó cientos de edificios en la Melilla de la época. Viendo la geometría de su fachada es posible que en el estado original hubiera un edificio de planta baja y posteriormente una reforma lo ampliara hasta el estado actual: un edificio de planta baja y tres plantas piso, destinado todo ello a uso residencial, en línea con muchos otros edificios de la ciudad.

Durante la remodelación
Este edificio, en comparación con la mayoría de los que hay en la ciudad, se mantiene con todos los elementos originales, conservando la totalidad de las balaustradas y los huecos.

La composición ornamental de este edificio se divide en dos zonas claramente diferenciadas: la planta baja y las plantas superiores.

La planta baja carece de decoración en los huecos. En las ventanas destacar una moldura central en el dintel con elementos florales, semejante a hojas de acanto. Siguiendo la tónica de los otros huecos la puerta tiene una moldura central, a diferencia del resto con un rostro femenino guarnecida con elementos florales.

A partir de este nivel empieza la gran decoración del edificio, con dos tipos diferenciados, uno central con un mirador, y otros laterales con huecos de ventana. En la planta primera y segunda encontramos un balcón de balaustre continuo que empalma con el mirador, que se sustenta mediante cuatro mensuras de diferente tamaño para cada una de las plantas, mientras que el mirador central es sustentado por dos grandes mensuras. Las balaustradas están formadas por pilastras y balaustras de temática floral. El mirador de fábrica guarnecido con molduras forma guirnaldas en la parte superior y tres pilastras que reposan en el antepecho de la ventana del mirador, éste opaco con pilastras similares al de las barandillas y en los vanos centrales con molduras circulares. En la planta tercera encontramos, a diferencia del resto del edificio, tres balcones independientes con barandillas de forja, con el central de mayor longitud a los laterales, adaptándose a la anchura del mirador.

Detalle de las ventanas
Las ventanas del edificio mantienen el mismo patrón, jambas de poco relieve y dintel de cornisa siguiendo la funcionalidad de un guardapolvo, rematando su parte central una moldura en forma de concha.

A nivel del último forjado, se aprecia en fachada una cornisa con diferentes cenefas, la inferior floral y otra superior lineal, cortando la cornisa se encuentran dos pilastras que dividen el coronamiento, que a la vez actúa de barandilla de cubierta, en tres tramos. Finalmente remarcar que al igual que estas pequeñas pilastras superiores, el edificio queda enmarcado por dos pilastras laterales, del mismo tipo que llegan hasta a nivel de pavimento de calle.

Actualmente el edificio se encuentra en fase de reformas, habiéndose restaurado por completo la fachada de las plantas superiores y pendiente de acabar el estuco de planta baja. Tras las reformas del mismo se ha realizado un nuevo sistema estructural del último forjado, formado por viguetas metálicas.

Planta baja
En la planta baja, durante su reforma, se ha podido observar que la estructura portante del edificio era de fabrica de mampostería con recercados de huecos de fachada con ladrillo macizo.

Por último centrándonos en la Planta Baja y sus huecos, están protegidos por unas rejas de acero con geometría muy rectilínea, cosa que nos hace pensar que fue una aportación posterior a su estado original, seguramente para adquirir más seguridad.

Detalle de la puerta principal
La puerta principal conserva su carpintería original, con trabajos de ebanistería rectilíneos. Tanto la carpintería de las balconeras, como sus correspondientes particiones y las hojas batientes de los miradores, se conservan en bastante buen estado, manteniendo el color blanco y la geometría de sus cristaleras translucidas.


Edificio tras la remodelación

sábado, 3 de septiembre de 2016

Significado de Rusaddir

Cabo Tres Forcas
Addir es el epíteto que se asignó al cabo Tres Forcas, en estrecha correspondencia con su aspecto imponente. Un calificativo que excede el sentido de "grande" (akra megas), como lo tradujeron algunos autores griegos, pues tiene en lengua fenicia el significado preciso de "poderoso", un adjetivo frecuente para dioses, jefes militares o reyes y élites urbanas en la epigrafía fenicio-púnica. La localidad incrustada en su flanco oriental no podía por menos que arrogarse el distinguido nombre del promontorio protector, el Rus-Addir.

El nombre pertenece a un contexto espacial en el que los promontorios constituyen precisamente los referentes más útiles para los navegantes, dada la escasez de ensenadas y donde, además, éstos también aportan las señas de identidad a los asentamientos que surgen a su amparo. Una especial concentración de localidades con este tipo de denominación en la Antigüedad se registra en Argelia oriental, donde encontramos Rusguniae, Rusubbicari, Rusuccuru, Rusippisir. La sucesión aparentemente se interrumpe en la costa occidental argelina, pero hallamos un eslabón en el asentamiento fenicio de la isla de Rachgoun, cuyo nombre actual procede el fenicio-púnico Rus-igan. También contamos con fundaciones fenicias o cartaginesas en la costa oriental de Túnez y Sicilia que recurren al nombre del saliente inmediato: Rusicade, Ruspina, Ruspe, Rsmlqrt. En el caso que nos ocupa el apelativo elegido parece una útil indicación o aviso para los navegantes semitas de las características del poderoso cabo para componer sus derrotas, siempre en relación con su contexto próximo, en el cual destaca especialmente de los otros salientes costeros. Sin embargo la denominación no es totalmente expresiva si extendemos nuestra pesquisa a un ámbito más amplio: un portum Rhysaddir menciona Plinio en la costa atlántica de Marruecos y los nombres de algunos cabos y sus ciudades anejas de Argelia oriental tenían significados equiparables: Rusguniae es por su parte el "Cabo majestuoso", Russubbicari el "Gran Cabo" y Rusazus un "Cabo fuerte".

Vista de la costa melillense y el Cabo Tres Forcas
Pero las lecturas no son siempre unívocas. La frecuente sacralización de espacios afectó también a los promontorios, así nos encontramos con el cabo de Melqart en Sicilia (Rsmlqrt), otro de idéntico nombre en la costa atlántica marroquí, que vemos después transformado en Pinta de Heracles, y un cabo consagrado al dios senador Eshmun en Túnez. Addir, por otra parte, es un epíteto frecuente de Astarté, Sid, Isis, Tanit y Baal, precisamente Baal Addir ("Seigneur puissant") y Abaddir ("Pierre du Puissant") eran adveraciones o manifestaciones numéricas de Baal Hamón especialmente queridas en el norte de África. Innecesario, pues, recabar más apoyos para confirmar que el cabo y la ciudad se encontraban bajo la protección de una o varias divinidades tutelares. Por su parte Ptolomeo, el admirable geógrafo, transcribe Séstiaria akra como el cabo que precede a la localidad de Rusaddir, lo que M. Tissot, siguiendo a Movers, considera una corrupción de Sesseth arâim, "los seis altares".

La explicación que podemos dar de la permanencia del nombre fenicio-púnico hasta el final de la época romana no tiene que ver con supuesto interés local por el cambio. Hemos de recordar que este nombre constituye un depurado ejemplo de representación metonimia del espacio al que se refiere y como tal entra en la esfera de lo sagrado. Este, a su vez, permanece inmutable pues eliminar un signo de este tipo supone acabar con la realidad mitificada que representa, como muy bien advierte Almudena Hernando. Baste señalar ahora que el propio nombre del accidente geográfico y su transferencia a la localidad son hechos explicables dentro del complejo sistema cognitivo de los fenicios que, al igual que otros pueblos antiguos, codifica, resalta y tiñe de sacralizado unos pocos segmentos del espacio, los cuales con su reforzada identidad envuelven cualquier realidad próxima, como la localidad que surge al lado del cabo que se hace así partícipe de la misma.

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