jueves, 30 de septiembre de 2010

Alojarse en Melilla

Hotel Melilla Puerto
Situados en la puerta del Puerto Marítimo, tenemos dos opciones. A la derecha nos dirigimos hacia la Ciudad Vieja. A la izquierda llegaremos al centro de la ciudad moderna, la Plaza de España, el Ayuntamiento, el Paseo Marítimo…
Como lo primero que queremos encontrar es un hotel, debemos ir hacia la izquierda. Destacan en Melilla varios hoteles:


• Melilla Puerto (****), frente al Paseo Marítimo y al Puerto Deportivo. Se encuentra situado en la Explanada de San Lorenzo, a 100 m. del centro de la Ciudad y junto al Puerto Deportivo de Melilla. Es el mejor punto de partida de uno de los paseos marítimos más impresionantes, en el que se puede disfrutar de playas de fina arena, calas y el acantilado de Aguadú, todo ello acompañado de un suave clima mediterráneo.
Hotel de 5 plantas, estancias acogedoras, equipadas con todo tipo de detalles y con excepcionales vistas panorámicas.
Su cafetería "El Galeón" donde se pueden degustar gran variedad de tapas durante el día y relajarse tomando una copa por la noche.
Hotel, Cafetería y Restaurante
La gastronomía ocupa un lugar de privilegio en el restaurante "La Almoraima".
Sus salones, de diferentes capacidades, están perfectamente acondicionados con medios visuales y el equipo humano especializado del hotel, donde se pueden realizar reuniones de trabajo, banquetes y celebraciones de todo tipo.


• El Parador de Melilla (***) Don Pedro de Estopiñán, en la avenida de Cándido Lobera. Clásicas construcciones fortificadas de la transición medieval-renacentista constituyen, junto a extensas playas y una geografía con el encanto magrebí, el marco en el que se inserta el Parador. La privilegiada visión de la ciudad desde la parte alta del parque Lobera.
Confort y comodidad caracterizan las estancias interiores y el mobiliario del Parador, que mantiene en las habitaciones con terraza una visión privilegiada de la ciudad y el mar. Jardín privado y piscina dan serenidad y se unen a la placidez del parque que circunda el edificio. Especialistas en pescados y mariscos.


• El hotel Ánfora (***), en el mismo centro, en la calle Pablo Vallescá. En el centro de Melilla, ofrece la mejor ubicación de la ciudad. Situado junto a la Plaza de las Culturas y la Plaza de España, permite descubrir a pie los lugares más interesantes de la ciudad al igual que realizar compras en las mejores tiendas y los más típicos bazares.
Todas las habitaciones disponen de terraza individual. La cafetería está situada en la planta alta del Hotel, amplia y soleada y con vista a la ciudad vieja, el puerto y la plaza de España. El restaurante presenta un extenso surtido en platos típicos, pescados, carnes y postres de la cocina tradicional española, mediterránea andaluza y marroquí.


•  El hotel Rusadir (****), en la calle Pablo Vallescá, frente al hotel Ánfora, en pleno centro cultural y comercial de la ciudad. Ha sido remodelado y abierto de nuevo en agosto de 2007.
Si nuestra alternativa es buscar algo más económico, siempre podemos buscar un hostal, que aunque no se encuentren en el mismo centro, tampoco están lejos. En Melilla las distancias no existen, ya que en cuestión de minutos, uno puede situarse en el mismo centro o en las playas.


• Hostal Tuhami, en la calle Margallo. Con 17 habitaciones.


• Hotel Nacional (*), en la calle José Antonio Primo de Rivera. 24 habitaciones, con un servicio bastante completo.


• Hostal Avenida (***), en la misma Avenida de Juan Carlos I, el mismo centro de Melilla.


• Hostal Cazaza (**), en la calle José Antonio Primo de Rivera. Hotel pequeñito con tan sólo 8 habitaciones.


• Albergue Juvenil de Melilla en la calle Alfonso XII.


• Hostal Mirasol (*), en la calle General Astilleros.


• Hostal Parque (**), en la calle General Marina. Con 28 habitaciones solamente. En el centro de la ciudad.


• Hostal Rioja (**) en la calle Ejército Español. Se trata de hostal pequeñito con tan sólo 11 habitaciones.


Como se puede ver la oferta hostelera en Melilla es diversa y variada.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Málaga - Melilla

Estación Marítima de Melilla
A las 13,30 h han abierto el embarque para Melilla, y la cola se ha empezado a mover. En una mano la documentación (DNI, tarjeta de embarque) y en la otra la maleta. Cuando nos toca el turno entregamos el DNI al policía nacional e introducimos la maleta en el escaner. Luego nosotros nos adelantamos y pasamos por el, que para alivio nuestro no suena.

El primer control ya está superado. Un poco más adelante será la autoridad portuaria la que nos pida la tarjeta de embarque y lo contraste con los datos del DNI. Y tras este segundo control, cruzamos la pasarela en dirección al barco, donde presentamos nuevamente la tarjeta de embarque en información y nos entregan la llave de nuestro camarote.

El control policial de Málaga a Melilla no es tan estricto como a la inversa. De Melilla a Málaga no sólo te controlan a la hora del embarque sino que también cuando llegas a Málaga y desembarcas. Sus motivos tendrán y evidentes son para los que conocemos la realidad de Melilla. Si viajas con el coche, en Málaga apenas te controlan y te hacen bajar y abrir, sin embargo en Melilla son capaces de hacerte bajar todo lo que llevas para que el perro pueda oler si transportas drogas. De todas formas he de confesar que he viajado varias veces con el coche y ni siquiera se han llegado a acercar los policías con el perro en comparación con otros coches que iban delante o detrás de mí.

Parking de la Estación Marítima de Melilla
Una vez dejadas las maletas en el camarote, compartido con otras tres personas, por aquello del precio, lo mejor es buscar el comedor. Por 8 euros tienes para elegir entre paella, macarrones, ensalada, pollo, filete empanado, pescado, carne en salsa, yogurt, flan o fruta. Si quieres una cerveza o un refresco son 2 euros más, pero con la botella de agua de medio litro que entra en el menú, tienes más que suficiente.

Mientras comes, el barco abandona el puerto de Málaga, sin que apenas te des cuenta. Terminada la comida, una vueltecita por la borda del barco, donde puedes ver Málaga alejándose, un cafetito en el bar y una buena siesta (de un par de horas) en el camarote, harán que el viaje de 8 horas sea más ameno. Siempre puedes tener un buen libro que te haga más amena la tarde. Si tienes suerte, en el paso de Alborán puedes disfrutar de los delfines saltando al lado del barco.

El peor tramo del viaje es cuando empiezas a ver la costa melillense de Aguadur y el barco ves que apenas se mueve, porque tiene que entrar a su hora y no antes (pagos de taxas de puerto y aduanas hacen que el barco tenga un horario que cumplir y procuran no adelantarse).

Una vez llegados a Melilla, un recoge sus cosas y tras entregar las llaves en recepción, se pone a la cola para abandonar el barco. El puerto de Melilla, de reciente remodelación (2009), no tiene nada que ver con el de Málaga, que por otra parte es viejo y desfasado.

Tras abandonar el barco, sales directamente a la estación marítima y de allí a la calle, sin ningún tipo de control policial.

Has llegado a Melilla, y lo primero que encuentras, en la misma puerta del Puerto, es una estatua de Franco, al pie de la muralla de la Ciudad Vieja de Melilla. Un lugar destacado para la polémica imagen. Posiblemente sea la única imagen de Franco que quede en pie. Hace unos días me informaron que en Tenerife queda otra. Pero seguro que no es de un Franco joven con prismáticos. La placa indica que es un homenaje al Comandante de la Legión D. Francisco Franco.

Es lógico que Melilla mantenga la última estatua de Franco, que por otro lado es parte de nuestra historia de España, y haya hecho un poco caso omiso a la Ley de Memoria Histórica. Con esta imagen, colocada en 1978 se quiso rendir un homenaje a Franco como Comandante del Tercio Gran Capitán I de la Legión de Melilla, y no por su condición de Generalísimo y dictador. Su colocación fue aprobada en un pleno del Ayuntamiento en 1975. Fue realizada por el escultor y ex-teniente coronel del Ejército, Enrique Novo Álvarez y colocada en 1978, con Ginel Cañamaque (UCD) como Alcalde. En la actualidad el Ayuntamiento ha cedido al Ministerio de Defensa el honor de que la estatua sea retirada y pase a formar parte del Museo Militar o bien se coloque en algún cuartel de la Ciudad.

La estatua de Franco evoca una parte de la historia de Melilla, ya que recuerda como en 1921, el Comandante Franco llegaba a Melilla, junto al Comandante Carlos Rodríguez Fontánez, portando una de las dos banderas de la Legión, que había sido creada por Millán Astray en 1920. La gesta legionaria se cuenta así: “Al verse sitiada el 21 de julio la localidad (Melilla) por las fuerzas insurgentes rifeñas, la Legión tuvo que trasladarse a pie para liberarla, en el menor tiempo posible, antes de que cayera. Fue el momento en el que el general Millán Astray, en el puerto de Ceuta, dirigió a sus hombres la célebre arenga: “¡Legionarios!: de Melilla nos llaman en su socorro. Ha llegado la hora de los legionarios. La situación allá es grave, quizás en esta empresa tengamos que morir. ¡Legionarios!: si hay alguno que no quiera venir con nosotros que salga de filas, que se marche, queda licenciado ahora mismo… ¡Legionarios! Ahora jurad: ¿Juráis todos morir, si es preciso en socorro de Melilla? ¡Sí, juramos! ¡Viva España! ¡Viva el Rey! ¡Viva La Legión!

Tras 72 horas ininterrumpidas de marcha, los legionarios llegaron a Melilla y rompieron el cerco, siendo recibidos como héroes. Y todavía hoy, cuando sale la Legión por las calles de Melilla, la gente les aplaude, les grita y les vitorea como si fueran los grandes héroes de Melilla.

martes, 28 de septiembre de 2010

Viajar a Melilla

Aeropuerto de Melilla
Para llegar a Melilla tenemos básicamente dos medios: avión y barco. La diferencia de tiempo y de dinero entre uno y otro es elevada. De todas formas eso no quita para que la gente se mueva de la Península a Melilla y viceversa.

El avión es el medio más rápido. En unos 35 minutos nos podemos colocar en Málaga, o en 50 en Madrid. Pero tiene sus inconvenientes. El primer y más importante, el precio. Reservando con tiempo y gracias a las ayudas que tenemos por ser residentes, podemos conseguir un billete de ida y vuelta a Málaga por 40 euros, dependiendo las horas. Pero si tienes una urgencia y tienes que volar de un día para otro puedes llegar a pagar 300 euros o más. En la actualidad, el Gobierno de la Ciudad ha firmado una serie de convenios con Iberia y Aena, para que los vuelos desde y hacia Melilla salgan a precios muy reducidos. Pero igual son sólo 72 billetes de vuelos baratos los que se ofrecen al día.

Hay que decir que cuando uno llega a Melilla, lo primero que tiene que hacer es ir a ventanilla única y empadronarse aquí, es decir, hacerse residente, porque eso implica descuentos en los billetes de avión y barco.

En la actualidad los vuelos son a Málaga, Granada, Madrid, Almería, Valencia, Palma de Mallorca y Barcelona. De estos últimos igual es uno al día. Con la ciudad que más conexión tenemos es con Málaga. Es posible que haya 4 vuelos diarios de ida y vuelta. Con el resto 2 ó 3 como máximo. Incluso hay vuelos que sólo se realizan durante el verano, ya que en invierno desaparecen esos destinos.

Si al precio le sumamos el inconveniente de que no puedes llevar todo el equipaje que quieres, ya que te cobran el sobrepeso a tarifas elevadas (aunque en Melilla se hace un poco la vista gorda a la hora de los pesos y te permiten un kilo o dos más), no todo el mundo decide viajar en avión, salvo que sea un chollo o último recurso.

Barco a su llegada a Melilla
El barco es el medio más utilizado por los melillenses para trasladarnos a la Península. Tenemos dos líneas, una a Málaga y otra a Almería. En cada línea operan dos barcos. En verano se ve reforzado el servicio a Málaga con un barco que llamamos “el rápido”. La duración del viaje normal son 8 horas. En el rápido el tiempo se reduce considerablemente, siendo de 4 horas. El principal inconveniente del barco rápido es que puede ser que se levante un poco de viento y el mar esté un poco movido y entonces ya no sale, dejándote tirado y obligándote a coger el barco lento, si tienes suerte y hay sitio. En muchas ocasiones, gente que viajaba en el barco rápido, se ha tenido que quedar en Málaga un día más porque no salía y no había billetes para el lento. El barco lento es, en ese sentido, más seguro, porque tiene que estar muy mal el tiempo para que no salga. El precio es mucho más asequible. Si uno quiere viajar en butaca (sentado) el billete le cuesta 17 euros. Si lo que quieres es un camarote compartido con otras tres personas, el billete es de 27 euros. Pero si prefieres viajar en un camarote de dos personas, el billete se sube a 45 euros. Aún así es muy asequible para los bolsillos. Estos precios, evidentemente, siendo residente en Melilla. Normalmente la gente viaja en camarotes, ya que en las butacas van siempre los moros y el viaje se hace insoportable, por el ambiente y por la duración.

El viaje de Melilla a Málaga se hace ameno ya que es por la noche y si te echas a dormir, para cuando te das cuenta ya estás llegando. La vuelta es un poco más pesada porque es de día, desde las 2 de la tarde hasta las 10 de la noche (últimamente está llegando un poquito antes), y salvo que te eches una buena siesta, se hace muy pesado y largo.

Lo bueno del barco es que puedes viajar con tu coche y por lo tanto es una garantía de que luego vas a poder moverte sin problema por la Península. Y tampoco es muy más caro. Dos personas, en camarote de dos, con coche, sale por 285 euros, ida y vuelta.


lunes, 27 de septiembre de 2010

Introduciéndose en Melilla

Vista aérea de Melilla
Hace ya un par de meses, a principios de julio, que se cumplieron dos años de mi llegada a la ciudad de Melilla. Confieso que desde el primer día que llegué, me he sentido muy a gusto y muy bien acogido por estas gentes. Hay que señalar que todos los miedos y malas habladurías, desaparecieron a la primera semana de haber aterrizado en esta ciudad.


La imagen que la mayoría de los españoles de la Península tienen de esta ciudad es que es tercermundista, rodeada de selva y animales salvajes. Pero no, se trata de una ciudad totalmente española, con sus peculiaridades, pero totalmente española. Recuerdo que a mi llegada hacía unos días que España había ganado la Eurocopa de fútbol y todas las calles se encontraban engalanadas con banderas españolas. Lo mismo ha ocurrido hace unos días, cuando “La Roja” ganó el Mundial de fútbol. Las calles se llenaron de rojo y amarillo, cánticos, gente celebrándolo por todo lo grande y por supuesto, fuentes y monumentos sufriendo la “furia” de los más forofos, como ocurría en cualquier otra ciudad española.

La ciudad y sus territorios tienen una extensión de 12,5 km cuadrados, y una población que supera los 75.000 habitantes. Desde 1995 tiene el régimen y la denominación de Ciudad Autónoma. Situada en el norte de África, se encuentra a unos 220 kilómetros de la ciudad de Málaga, que viene a ser el principal enlace con la Península. Si tirásemos una línea recta hasta la Península nos encontraríamos que se encuentra frente las costas de Granada y Almería.


Vista desde el Gurugú
Dispuesta en un semicírculo en torno a la playa y el puerto, en la cara oriental del Cabo Tres Forcas, a los pies del monte Gurugú y en la desembocadura del río Oro, que es río en invierno y un simple charco en verano. La ciudad original (que aquí conocemos como Ciudad Vieja), se encuentra en un pequeño montículo desde el que se tiene una bonita vista de la ciudad más moderna.

Se podría decir que Melilla es una ciudad militar por la gran cantidad de cuarteles y militares que en ella se encuentran. Pero de todos ellos, el más mítico y el que más gloria y premios se lleva es el Tercio de la Legión: “Gran Capitán”. El acuartelamiento recibe el nombre de nº 1. Aunque su creación fue en Ceuta, fue en Melilla donde más fama obtuvo y a la vez donde más premios ha obtenido. En su origen se llamó “Tercio de Extranjeros”, ya que se trataba de una unidad en la que encuadraban españoles y extranjeros que se alistaban voluntariamente para luchar en Marruecos, si bien también participaron en otras revueltas dentro de la Península. Aquí, en este acuartelamiento fue desde donde Franco lanzaría su batalla contra los republicanos.


Debido a su situación geográfica, Melilla supone un punto estratégico para España, junto al mar de Alborán y limítrofe a Marruecos en una zona abandonada por este país durante muchos años, el Rif. Siempre ha sido considerada la zona pobre de Marruecos, pero con multitud de minas que han sido explotadas durante mucho tiempo. Hoy en día, el comercio con los pueblos limítrofes es la base económica de esta ciudad. El gobierno de la Ciudad hace todo lo posible por convertirla en un enclave turístico, y en la actualidad existe un proyecto de ampliación del puerto como un gran almacén de contenedores que podría dar puesto de trabajo a unas 5.000 personas. Pero da la sensación de que todo se va a quedar en un simple sueño, ya que en Nador, ciudad marroquí limítrofe, tiene también el mismo proyecto en mente.

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